Me duele tu huída
el silencio que me lanzas.
Quizá cuando regreses
vengas contento
o amargo de alcohol
como otras veces
y todo sea rompernos
a mordiscos
y todo sea un correr de gatos
como hojas por el balcón.
En un juego completo de armonizar la luz, las libélulas caen, caen, caen... y aparece una lluvia de alas que confunde el papel. Advertencia: el virus de la poesía puede atraparte. No hay vacuna ni curación posible.
3 comentarios:
Al leer este poema siento el dolor común encarnado bajo mi piel. Deseo el regreso de viento fresco sin amarguras. (Luigi).
Saludos Aída, gracias por tu poemas...por favor necesitaria que me enviases el poema:
Más que pajaros, mujer.........
Si te parece bien lo voy a recitar en un encuentro de poesia en Auroville India.
Gracias
uma@auroville.org.in
Estimada Uma,
gracias a ti por llegar hasta aquí. Me pondré en contacto contigo. Saludos
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