El mar es un susto repentino,
la senda bajo la arboleda
susurra un canto húmedo de huellas lentas.
El silencio se rompe de caminantes
y se esconde a los pies del agua esmeralda.
Los testigos, amarres de la rocosa tierra
permanecen como estatuas en la playa
y yo dibujo en el contorno
de tus labios
un beso de silencio
para el recuerdo de los días amarillos.
.....................................................................................13-09-2009, Castañeras (Asturias)